Jornada
5, torneo clausura 2014.
Estadio Miguel Alemán Valdés.
Celaya FC vs Altamira.
Asistencia aproximada: 3,100
personas.
Celaya, Guanajuato
Ante el panorama que los resultados de los juegos previos
a este partido nos presentaban, Celaya FC contaba con una oportunidad de oro
para refrendar su buen paso, consolidarse en lo más alto de la liga y continuar
con su paso perfecto en el presente campeonato. El rival parecía a modo para
ello y la cuestión de la localía igualmente contaba como factor determinante
para conseguir un triunfo más.
Era de esos partidos que generaban convicción de triunfo
para el club y la afición; de esos partidos que deben de servir para infundir
mayor confianza a los seguidores del equipo y que igualmente, de ser bien planteados,
otorgan más cohesión de grupo, pues la confianza es un ingrediente básico en un
deporte de grupo.
No obstante todo lo mencionado, realmente el partido de inicio
a fin tuvo una tónica poco intensa, bastante trabado y se jugaba al son que
tocaba el equipo rival. El cuadro local pecó de confianza en exceso. La lectura
del cotejo se reduce a un punto toral que se manifestó con énfasis en el
partido anterior contra Oaxaca; los tamaulipecos estudiaron con detenimiento
que el talón de Aquiles de la defensa cajetera es la falta de velocidad y por
ese lado explotaron las bandas, presionando desde la salida de los efecistas y
con ello hacían que los locales no pudieran hilvanar jugadas.
Lo realmente preocupante en este encuentro, más allá de
la derrota, fue que se cayó, repito, en el planteamiento del visitante. Tan fue
así, que ello se demostró en los cambios efectuados, ya que al sacar a dos
hombres de sacrificio defensivo como lo son Pardini y Torito Silva, ingresando
a Trillo y Cuevas, más que inclinar la cancha a favor de los bureles, hizo que
la labor de recuperación se viera mermada, pues las características técnicas de
los jugadores que ingresaron no son tanto de contención, como de ataque. Así
pues, al quitar esa presión en la media cancha, los delanteros de Altamira
quedaban con mayores espacios y esto se acentuó aún más al efectuar el cambio
de Efrén Hernández por Rana García, pues fue el último clavo al ataúd del
planteamiento técnico, ya que Altamira casi imperceptiblemente adelantó líneas
y sólo esperaba tener la oportunidad de un contragolpe, lo que así aconteció,
pues casi al finalizar el encuentro, a escasos cinco minutos, un balón filtrado
por la ofensiva Tamaulipeca toma por sorpresa a la zaga cajetera, ya que les
gana la espalda un jugador visitante y este último da un certero pase que
remata de paloma su delantero, poniendo así el marcador definitivo, que se
inclinó a favor del Altamira.
Se hace énfasis, no se critica a los jugadores que
entraron de cambio, lo que se critica es que sus características técnicas no
eran las que se necesitaban para el momento que se vivía, pues los tres que
ingresaron son más de ataque; tal vez lo más deseable era haber dejado a
Pardini o a Silva e ingresar a Franz Torres para que no se perdiera la
contención del medio campo; refrescar el ataque con Chaurand o Redshaw, pues
siendo sinceros Neto aún no se entiende del todo con sus compañeros. Obviamente
son meras especulaciones que de poco sirven pero me parece que los errores
fueron muy puntuales e identificables, pero como se ha dicho también: es mejor
que esta derrota se haya dado en estas alturas del torneo, para tener
conciencia de que el equipo no es invencible, de que no hay enemigo pequeño y
que para la consecución de un liderato general se requiere máxima
concentración.
No todo es malo, no se pierde tanto con esta derrota,
duele pero se tiene conjunto para salir adelante.
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